Hemos tenido la suerte de ir al Sur de la India en 10 días muy bien aprovechados. Maravillosas vacaciones de Navidad
Todavía no damos crédito de lo poco conocida que es esta zona del mundo para el turismo internacional. Supongo que es porque todos queremos conocer el Taj Mahal (merece la pena, claro) y es muy raro que te plantees repetir país, habiendo tantos por conocer.
India lo merece. Conocer el triángulo de oro es maravilloso, pero no conocer otros sitios es perderse templos, palacios, fortalezas, culturas, formas de vida, playas, gastronomía, parques naturales, fauna… India es un continente y como tal hay que enfrentarse a él. En esta ocasión elegimos conocer dos estados: Tamil Nadu y Kerala.
En todo el recorrido hemos encontrado poquísimos turistas, lo cual nos sorprendía permanentemente… Sensación constante de estar haciendo algo muy especial y donde nos hemos sentido actores de Hollywood por la cantidad de veces que hemos tenido que posar para los encantadores habitantes de estos estados (sobre todo en Tamil Nadu)
Este fue nuestro recorrido:
Día 1. Madrid-Chennai vía Abu Dhabi con Etihad. Llegamos de madrugada. Ducha y sin dormir empezamos nuestro primer día real en el Estado de Tamil Nadu (significa Tierra de los tamiles) cuya capital es Chennai (la antigua Madrás).
Mahabalipuram – La penitencia de Arjuna
Día 2. Mahabalipuram. Bonita y cómoda localidad a orillas del Mar de Bengala. Buena combinación de templos, playa, marisco y ruinas de la dinastía de los Pallavas. Imprescindible visitar la bola de mantequilla de Krishna, la penitencia de Arjuna, el mandapam de Krishna, las cinco rathas y el templo de la orilla. Recomendación: atardecer en la playa donde verás las barcas con los pescadores y un ambiente muy especial.
Mahabalipuram – Las cinco Rathas
Día 3. Kanchipuram-Tanjore. Empezamos el día visitando una de las siete ciudades sagradas de los hindúes y capital de la dinastía Pallava (s.VII a IX). La llamaban la ciudad dorada: por las sedas y porque os templos se recubrían de pan de oro. Hay 72 templos; al norte de la ciudad los de Shiva y al sur los de Visnu. Sólo visitamos dos: uno impresionante por su tamaño (Ekambareshvara, dedicado a Shiva y Parvati) y otro pequeño, coqueto y con poca gente, el Kailasanatha.
Fuimos a Chennai a coger un vuelo a Trichy y desde allí fuimos a Tanjore, la capital cultural del Estado. Fue la capital de la dinastía chola.
Día 4 Tanjore-Trichy-Madurai. Visitamos el templo chola Brihadeeshwara, que fue el primer templo viviente chola en ser declarado patrimonio de la Humanidad. Fue construido en el siglo XI (para mí la visita más impresionante del viaje) y el palacio real y su galería de arte. Tiene muchas estatuas del período chola de bronce y granito.
Tanjore es una ciudad famosa por sus bronces y fuimos a ver un taller donde nos explicaron la técnica de la cera perdida. De camino hacia Madurai, paramos en Trichy.
Era una día importante para los seguidores de Vishnu (todos los templos de Vishnu abren la Puerta del Cielo un día al año y nos tocó) y fue imposible acceder al templo, pero un “trichiano” nos permitió subir a su terraza y tener una visión panorámica del mismo. Sin palabras. Fue la primera vez que veíamos esos típicos templos policromados (los repintan cada diez años)
Llegamos a Madurai al atardecer y nos fuimos directamente a ver una ceremonia en el famoso templo Meenakshi (uno de los nombres por los que se conoce a Parvati), pasando previamente por el elefante que nos dio la bienvenida y su bendición. Es uno de los lugares de peregrinaje más visitados.
Trichy
Día 5. Madurai. Según alguna leyenda es el lugar donde Shiva y Parvatti contrajeron matrimonio. Visitamos el Tirumalai Nayak Palace (preciosa la sala de audiencias y el salón de baile) y de ahí nos fuimos en ricksaw a ver el templo Meenakshi de día, previo paseo por el mercado de frutas y verduras.
Es un excelente ejemplo de arquitectura dravidiana. Con sus gopurams, sus salas llenas de columnas, su colorido y su ambiente fascinante. Es una ciudad que merece la pena para pasear y hacer alguna compra.
Día 6. Madurai-Periyar. Periyar se encuentra ya en el estado de Kerala y es uno de los santuarios de vida salvaje más importantes del mundo, aunque no tuvimos tiempo de comprobarlo. Solo pudimos disfrutar de una actividad con elefantes que mereció la pena; sobre todo el baño con ellos. En el pueblo de Periyar, nos dimos un masaje Ayurbeda.
Día 7. Periyar-Kumarakom. De camino fuimos a ver una finca donde nos enseñaron las diferentes especias que se cultivan en la zona. Al llegar al hotel de Kumarakom comenzamos nuestra fase de relax y tuvimos ocasión de admirar uno de los atardeceres más maravillosos de nuestra vida
Plantaciones de Periyar
Día 8. Kumarakom. Disfrutamos en Kumarakom de dos días de relax: paseos en bici, visitas a pueblitos de los alrededores, atardeceres de cuento, lectura frente al lago y sobre todo de un crucero privado por los backwaters con comida a bordo que fue un lujo.
Backwaters de Kerala
Día 9. Kumarakom-Cochin. Nuestro hotel estaba en la isla Willingdon. Cogimos un barco y nos fuimos a Ernakulam donde pasamos un muy buen rato de compras por el Broadway Market. Mercado muy local donde compramos especias, cacitos de bronce, saris blancos de Kerala, bisutería india… Por la tarde fuimos a ver un espectáculo de danza kathakali que nos resultó muy interesante. Más teatro que danza.
Cochin -Danza Khatakali
Día 10. Cochin-Madrid. Nuestro avión salía a las 9 de la noche, así que aprovechamos muy bien el día por Cochin. Paseo por la ciudad antigua de Fort Cochin. Interesante mezcla de influencia portuguesa, holandesa y británica. Paseo por la bahía donde fuimos a ver la comunidad de pescadores y su famosas redes chinas. También visitamos San Francisco, el Mattancherry Palace y la sinagoga. Bonito e interesante paseo por el barrio judío.
Y vuelta vía Abu Dhabi con Ethiad.
Algunos consejos:
Ya estamos pensando en nuevas incursiones por este gran país. Los estados de Karnataka y del Rajashtan, sólo conozco Jaipur. India es un continente, tiene una riqueza espectacular en su arte, en su gente, en sus paisajes y en la diversidad de sus experiencias.
Animaros a disfrutarlo, será inolvidable
Source: Amalia Blanco